25 ene 2011

Hablar de música

Los filósofos griegos recomendaban a los gobernantes que tuvieran mucho cuidado con la música que se les ofrecía a los fóvenes, porque –decían ellos-, hay modos que inducen a los seres humanos a desarrollar buenos sentimientos –la disciplina, la calma, el orden, según su esquema de valores-, mientras que otros modos sólo contribuyen a crear sentimientos malos – el desenfreno, la falta de escrúpulos el abandono a los instintos animales, siempre según su esquema de valores-. Dicha recomendación cobra gran relieve si se tiene en cuenta que la música, junto con la gimnasia, eran las principles asignaturas para los jóvenes que estudiaban en la grecia clásica. Hoy día en cambio, da la impresión de que estas asignaturas son “de segunda clase”, cuando ni mucho menos debería ser así....No me negarás que a ti también llega a ponerte triste o alegre cierto tipo de música, y que esa música puede lograr que tu memoria regrese al tiempo y al lugar donde la escuchaste por primera vez. ...Los negros que fueron deportados desde el Africa al Nuevo mundo conocían por su propia música casi siempre sistemas tonales pentatónicos, es decir, que su escala no consistía, como la nuestra, de siete sonidos sino de cinco. Cuando los negros comenzaron a hacer música en América, enfrentados a la música europea, adaptaron con asombrosa rapidez su sentimiento musical pentatónico a nuestro sistema tonal europeo. Sólo eran problemáticos los dos grados que no existían en su sistema pentatónico: los grados tercero y séptimo. El negro no los conocía y no sabía por lo tanto qué debía hacer con ellos. Así, tocaba y cantaba, al principio simplemente por inseguridad, algunas veces la tercera menor y otras la mayor, algunas la séptima menor y otras la mayor sin hacer referencia unívoca a lo que nosotros sentimos como tonalidades mayor y menor, o sea la referencia por la que deben ser los grados tercero y séptimo. De este modo surge una especie de "simultaneidad" de los sentimientos que relacionamos nosotros con mayor y menos. El blues se hace emocionalmente ambiguo: desde gritos de júbilo hasta una tristeza mortal, sin que se produzca la ruptura entre los extremos que está implícita en esta figura retórica.....

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